Extra! Extra!! EL CAMBIO CLIMÁTICO NO EXISTE

Según las últimas noticias caídas del cielo, les informamos que la estratosfera terrestre se ha desligado esta misma mañana de la atmósfera. Así lo han ratificado la troposfera y la mesosfera que además, parecen estar de acuerdo con esta última en secundar todas sus acciones. Por tanto, en un corto/medio plazo su intención es inundar y/o desertizar la tierra. En este comunicado han informado que así se hará si no existe colaboración por parte de sus habitantes. 
¿Ayer era verano?, porque a mí me lo pareció mientras disfrutaba de un largo paseo por la playa a 30 grados a la sombra. Pero no... Ayer era 16 de octubre y era Otoño. ¡Sí, Otoño!. Esa estación que aparecía por arte de magia entre el verano y el invierno. La de las hojas en el suelo de los árboles caducos. Aquella estación de la infancia que te invitaba al abrigo, y comenzaba a arrullarte antes de que llegara el invierno. Esa, donde los niños pisábamos los charcos hasta llegar a casa y nos abandonábamos al juego entre las hojas que cubrían y adornaban el suelo. Sí, ¡hojas de árboles de verdad!...
En cambio, hoy todo ha sido tan maravilloso. Os cuento: hoy como todos los días, me he *levantado para ir a trabajar (*costumbre andaluza realizada antes de ir a trabajar...). Dadas las noticias meteorológicas pronosticadas, lo primero que he tenido que hacer, como no, remangarme. Subir persiana, acto seguido el ejercicio habitual, abrir ventana, poner mano izquierda en cadera y sacar mano derecha extendida por la ventana, mover mano de arriba abajo; dos veces por cada lado, vuelta y vuelta. Retirar y mirar prueba. Limpia, ni una gota. 
Siguiente ejercicio, la meditación. Nada de saluditos al sol por hoy. Esta vez con la ventana un poco más abierta. Sacar cabeza, mirar el suelo, al cielo, al suelo, ¡por Dios!. Ya estoy con el pelo para atrás como los gremlins, qué  "ventiscazo"  hace. Con razón todavía no llueve... Bien, bien, voy a ducharme.  
Solo ha pasado media hora desde el ejercicio experimental (ventana-mano/lluvia), y  me voy para la calle a coger el bus… Dados todos los pronósticos, y las pruebas experimentales de hoy, se deducen tres cosas: ponte abrigo, coge el chubasquero para que no te cale la chaqueta de tela, e importante, ponte también la bufanda pequeña, ya que la chaqueta no tiene cuello.  Por las moscas...  
Abro la puerta de la calle. Pongo un pie para que no se cierre. Me coloco la mochila y abro el paraguas, salgo. Parece que llueve, umm, fuerte. A cada paso que doy llueve más y más fuerte. Yo ando más rápido, llueve más rápido. En un minuto noto los pies mojados y los pantalones totalmente calados hasta las rodillas. Bueno, ya veo la marquesina del autobús. Estoy salvada. Llego y me quedo dentro con el paraguas abierto, y empieza a levantarse la ventisca. Ya llueve por todos lados. Me pregunto irónicamente. ¿Dónde estarán los de los calderazos?. Sí, los que me están tirando el agua a calderos llenos, digo. Esto parece la fiesta del agua con despliegue de sonido y luces. Bien, pues ahora sí empieza el baile, y al ritmo de los truenos y los relámpagos que hacen break dance en el cielo el viento me levanta una y otra vez el pelo, la bufanda y el paraguas. Y así, ya da igual como lo pongas. Todos sabemos que el cambio climático no es más que una invención de los fabricantes de paraguas, y parece ser, que además, fabrican calderos Bien me hubiera venido a mi hoy  uno. Porque no he estado más de tres minutos en la calle, y solo me ha faltado un "chorreon" de lejía en el pelo para llegar a ser una maldita fregona. Terminadas las confabulaciones, vuelvo a casa a cambiarme de ropa...

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